Escribimos esto como trabajadores, estudiantes, agricultores, adres – como palestines, como palestines queer. Escribimos esto no porque nuestra disidencia de género haga que nuestra posición sea excepcional, sino porque, de la misma manera hemos sido marginades como queers, y ahora nos enfrentamos a tácticas coloniales y patriarcales que buscan alienarnos aún más como palestines queers. Reunir aquí nuestras palabras y energías requiere un esfuerzo enorme. Nos enferma que, en medio de estos momentos de espectacular brutalidad y carnicería sobre les cuerpos palestines, incluyendo violaciones, torturas, lesiones y mutilaciones, se nos desvíe del duelo y la organización para tener que hacer esta demanda.
Desde el 7 de octubre estamos presenciando un genocidio acelerado en la Franja de Gaza y en todas partes de Palestina. Un genocidio proclamado descarada y públicamente en numerosas ocasiones por parte de figuras gubernamentales y militares israelíes. La brutalidad y la magnitud letal de las atrocidades cometidas por el Estado israelí y sus partidaries, producen condiciones cada vez más angustiosas para quienes siguen vivas en Palestina, cada día, en todas partes. Esta brutalidad se ha mantenido gracias al continuo apoyo económico, militar, diplomático y político de les líderes mundiales, históricamente y en la actualidad. Constatamos, documentamos y narramos los cientos de masacres catastróficas de los últimos 75 años a manos de la ira aniquiladora del régimen sionista; desde Deir Yassin a la Masacre de Tantura (1948) sobre la que se basa la fundación de Israel, pasando por la Masacre de Kafr Qassem (1956) o Sabra y Shatila (1982), y esto por nombrar solo algunas. Ningún movimiento político y social liberador puede alcanzar la vida y la dignidad si se alinea con la máquina de muerte genocida de Israel. Israel se funda sobre sangre y se mantiene a partir de la muerte.
En estos momentos, y en consonancia con su larga explotación de las políticas de identidad, Israel ha instrumentalizado les cuerpos queer para neutralizar cualquier apoyo a Palestina y cualquier crítica a su proyecto colonial de asentamientos. Los israelíes (políticos, organizaciones y “civiles“) usan dicotomías coloniales como “civilizado” y “bárbaro”, “humano” y “animal” y otros binarismos deshumanizadores como discurso para legitimar los ataques contra las personas palestinas. Con esta retórica colonial , Israel busca recabar y movilizar el apoyo de los gobiernos occidentales y las sociedades liberales presentándose como una nación que “respeta la libertad, la diversidad y los derechos humanos, y que lucha contra una sociedad “monstruosa” y opresora”. Esto quedó claramente plasmado en la declaración del Primer Ministro de Israel, donde afirmó: “Hay una lucha entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas, entre la humanidad y la ley de la selva”.
Mientras que estas declaraciones descaradamente genocidas y racistas suceden, se silencia, acosa, detiene y criminaliza a activistes en Palestina e internacionalmente; se despide a trabajadores de sus puestos de trabajo; y se suspende a estudiantes de las universidades. Les activistas feministas y queer internacionales en solidaridad con Palestina se enfrentan a ataques y acoso por parte de sionistas, bajo la premisa de que quienes apoyan a Palestina serían “violadas” y “decapitadas” por les palestines por el mero hecho de ser mujeres y queer. Sin embargo, la mayoría de las veces, es precisamente la violación y la muerte lo que el sionismo desea para las mujeres y les queer que se solidarizan con Palestina. Las fantasías sionistas sobre cuerpos brutalizados no nos sorprenden, pues hemos experimentado su manifestación real sobre nuestra piel y nuestro espíritu. Y aún así nunca se cansan de exagerar en su virulencia explícita. Resulta aún más absurdo cuando se construyen este tipo de encuadres contra la sociedad palestina a la luz de los innumerables testimonios, informes y documentaciones de la violencia sexual a la que se han enfrentado les palestines a lo largo de los 75 años de ocupación militar israelí. Desde les millones de prisioneres palestines, hombres y mujeres, sometidos a tortura sexual y violación desde la creación de Israel hasta nuestros días, pasando por la violencia diaria y creciente de les colones contra les palestines en Cisjordania, hasta les “civiles” israelíes que se graban a sí mismes torturando a palestines secuestrades como tendencia en TikTok, y las más recientes y estremecedoras imágenes publicadas en las redes sociales por soldades israelíes que documentan el grado de tortura y abuso sexual que soldades y colones inflingen sobre nuestres cuerpos. Independientemente de nuestra orientación sexual y género: todas las formas de violencia, incluida la violencia sexual, forman parte sistemática y estructural de la dominación sionista sobre la vida palestina. Y, sin embargo, la sociedad israelí sigue usando como arma lo queer para justificar la guerra y la represión colonial, como si sus bombas, muros de apartheid, pistolas, cuchillos y excavadoras fueran selectivos a la hora de elegir a quién dañar en función de su orientación sexual o de género.
Rechazamos la instrumentalización de nuestra disidencia de género, nuestres cuerpos y la violencia a la que nos enfrentamos como personas queer, para demonizar y deshumanizar a nuestras comunidades, especialmente al servicio de actos imperialistas y genocidas. Nos negamos a que la sexualidad palestina y las posiciones palestinas hacia las diversas sexualidades se conviertan en parámetros para asignar humanidad a cualquier sociedad colonizada. Merecemos la vida porque somos humanos, con la multitud de nuestras imperfecciones, y no por nuestra proximidad a modos coloniales de humanidad liberal. Rechazamos las tácticas coloniales e imperialistas que pretenden alienarnos de nuestra propia sociedad y alienar a nuestra sociedad de nosotres, sobre la base de nuestra queerdad. Luchamos contra sistemas de opresión interconectados, incluidos el patriarcado y el capitalismo. Nuestros sueños de autonomía, comunidad y liberación están intrínsecamente ligados a nuestro deseo de autodeterminación. Por eso, ninguna liberación queer puede lograrse con la colonización, y ninguna solidaridad queer puede fomentarse si permanece ciega a las estructuras raciales, capitalistas, fascistas e imperiales que nos dominan.
Hacemos un llamado a les activistas y grupos feministas y queer de todo el mundo para que se solidaricen con el pueblo palestino en su resistencia al desplazamiento forzoso, al robo de tierras y a la limpieza étnica, y en su lucha por la liberación de sus tierras y su futuro ante el colonialismo sionista. Este llamado no puede responderse únicamente compartiendo este manifiesto o firmando cartas de apoyo, sino mediante un compromiso activo con las luchas decoloniales y liberadoras en Palestina y en todo el mundo. Nuestras demandas indiscutibles son las siguientes:
- Rechaza la financiación israelí, niégate a colaborar con todas las instituciones israelíes y únete al movimiento BDS.
- Huelga: En silencio o públicamente, rechaza que tu mano de obra se utilice para silenciar el activismo palestino o para financiar, apoyar y respaldar la colonización militar y el genocidio.
- Haz lo que les queers anticolonialistes han hecho durante décadas, recupera la narrativa y establece los términos de la conversación, esta vez sobre Palestina. Lo que está ocurriendo en Palestina es un Genocidio. Israel es una colonia de asentamiento. Les palestines son una sociedad militarmente ocupada y colonizada. Según el derecho internacional, Israel no tiene derecho a “defenderse” de la población que ocupa, mientras que les palestines tienen derecho a resistir contra su ocupación. Exigir el alto el fuego es el primer paso para responsabilizar a Israel de sus crímenes contra la humanidad. También debemos exigir el fin del asedio a Gaza y el desmantelamiento de la colonia de asentamiento sionista.
- Ponte en contacto con tus representantes locales para presionarles a que desfinancien el genocidio y pongan fin a su apoyo militar, diplomático y político a Israel. Alza la voz contra la permanente criminalización de la solidaridad con Palestina y la proyección colonial e islamofóbica del Antisemitismo Europeo sobre las voces palestinas y racializadas, como estamos presenciando especialmente en Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Alemania. Plantilla para Reino Unido; EEUU.
- Bloquea las calles principales. Organiza una sentada/ concentración en las estaciones de metro o tren más importantes. Interrumpe el flujo comercial. La complacencia es una elección
Nosotres, les palestines queer, somos una parte integral de nuestra sociedad, y les informamos que: desde los callejones altamente militarizados de Jerusalén hasta las tierras abrasadas de Huwara, pasando por las calles vigiladas de Jaffa y atravesando los muros de asedio de Gaza, Palestina será libre, desde el río hasta el mar.
Nosotres, les firmantes, palestines y aliades, amplificamos la Demanda Liberadora de les Queers en Palestina. Aquí pueden ver la lista actualizada de firmantes.